Tras los recientes anuncios de posibles cambios en el protocolo sanitario de atención al aborto, desde la Sociedad de Medicina Familiar y Comunitaria, queremos defender una adecuada atención sanitaria a la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) apoyando las necesidades de la mujer, respetando sus decisiones con empatía y sin juicios morales.

La IVE es un procedimiento legal y la mujer que lo necesite tiene derecho a dicha prestación sanitaria. Supone una decisión difícil, por lo que es inadmisible coaccionar o presionar a la mujer en ningún sentido, que debe tomar una decisión libre, con todo el apoyo emocional que precise durante el proceso.

La OMS ha emitido informes y recomendaciones en relación a la prevención de embarazos no deseados, en cualquier mujer, pero con especial interés en adolescentes, recomendando la educación afectivo sexual, que incluya la información sobre anticoncepción si se produce el embarazo; si la mujer informada y libremente,  decide su interrupción,  esta deberá llevarse a cabo en un recurso sanitario seguro, con acompañamiento psicológico a la mujer antes y después del IVE y ofreciendo los medios anticonceptivos que pudiera precisar para evitar repetir estas situaciones. (OMS.2019)[1]

En 2018, una comisión experta internacional elaboró para la revista Lancet un informe en el que recordaba que la evidencia demuestra que el acceso a una salud sexual y reproductiva integral mejora la salud y el bienestar de las mujeres, incluida una  adecuada atención al aborto y postaborto, siendo prioritario promover la igualdad de género y dar a las mujeres un mayor control sobre sus cuerpos y vidas[2].

Los Equipos de Atención Primaria son un recurso sanitario importante y accesible tanto para la prevención de embarazos mediante  la anticoncepción, como para la detección precoz de embarazos no deseados. También de las solicitudes de IVE, ya que suele ser el primer dispositivo asistencial donde la mujer pide ayuda; esto nos confiere a los

profesionales de Atención Primaria una responsabilidad en asegurar el ejercicio de este derecho de la mujer cuando ella lo solicite.

Nuestras actuaciones como profesionales deben estar basadas en la evidencia del beneficio para salud integral de la mujer, como así está incluido en los protocolos existentes.

Dentro de nuestras funciones en Atención Primaria también es fundamental la promoción de hábitos saludables y la atención preventiva mediante la educación para la salud sexual y reproductiva, que se debe promover en toda la trayectoria vital de la mujer, y que incorpore no solo el conocimiento de los métodos anticonceptivos, sino también  la accesibilidad a los mismos, lo que seguramente evitaría muchos embarazos no deseados que colocan a algunas mujeres en la difícil situación de decidir la continuidad o interrupción de su embarazo.

Es imprescindible un abordaje biopsicosocial y con perspectiva de género en todos los ámbitos de salud y más en el delicado momento de solicitud de un IVE. Este enfoque nos ayudará a detectar posibles situaciones de vulnerabilidad que pueden tener las mujeres que solicitan un IVE, sobre todo si es de repetición, como violencia de género o sexual, dificultades para decidir sobre su anticoncepción o salud sexual, embarazos en adolescentes, alto riesgo sanitario  y psicosocial para la mujer, sea cual sea la decisión que finalmente tome.

Firman:

LOS GRUPOS DE TRABAJO:

ATENCIÓN A LA MUJER

BIOÉTICA

INEQUIDADES EN SALUD; SALUD INTERNACIONAL

OBSERVATORIO DE SALUD Y GÉNERO

SEXUALIDAD

URGENCIAS Y ATENCIÓN CONTINUADA-ESVAP

VIOLENCIA FAMILIAR Y DE GÉNERO


[1] OMS. Recomendaciones de la OMS sobre salud y derechos sexuales y reproductivos de los adolescentes Ginebra: Organización Mundial de la Salud; 2019. Licencia: CC BY-NC-SA 3.0 IGO. Catalogación (CIP): Puede consultarse en http://apps.who.int/iris.

[2] Starrs AM, Ezeh AC, Barker G, et al. Accelerate progress sexual and reproductive health and rights for all: report of the Guttmacher–Lancet Commission. Lancet 2018; 391: 2642–92

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