Artículo de Mª Isabel Gutiérrez Pérez, coordinadora del Grupo de Nefrourología de SocalemFYC

Siguiendo la iniciativa puesta en marcha en 2006 por la «International Federation of Kidney Foundations» y la «International Society of Nephrology», se celebra el segundo jueves del mes de marzo el DÍA MUNDIAL DEL RIÑON en más de 150 países.

Se pretende crear conciencia sobre la importancia de preservar la salud renal, buscando su promoción y prevención a través de estilos de vida saludables. Se estima que más del 17% de la población mundial mayor de 20 años sufre un deterioro de la función renal y que un 10% tiene enfermedad renal crónica (ERC).

La ERC supone un importante problema de salud pública, siendo importante un diagnóstico y tratamiento precoz que prevenga su avance y las complicaciones cardiovasculares asociadas. Cada año, la campaña destaca un tema de importancia dentro de la salud renal. En el 2017 el tema es: «Obesidad y Enfermedad Renal», alertando de las consecuencias negativas que tiene la obesidad como factor de riesgo en el desarrollo de la enfermedad renal; además, aumenta la probabilidad de desarrollar hipertensión arterial o diabetes, que son los factores de riesgo más importantes de ERC.

Entre 1980 y 2014 la prevalencia de obesidad en la población mundial se ha duplicado. Según datos de la OMS, en el 2014 el 39% de las personas adultas ≥18 años tenían sobrepeso (38% varones y 40% mujeres) y el 13% eran obesas (11% varones y 15% mujeres), y que era posible su prevención. La reducción de la obesidad puede revertir o enlentecer la progresión de la ERC.

Desde Atención primaria, «puerta de entrada al sistema sanitario», los Médicos de Familia pueden jugar un papel clave en la detección y la reducción de la ERC y sus factores de riesgo (hipertensión arterial, diabetes mellitus), así como en su prevención; a través de la promoción de hábitos y estilos de vida saludable (disminución del consumo de sal, ingesta adecuada de frutas y verduras variadas, reducción de las proteínas animales, no fumar y realizar actividad física) e implicación del paciente en el conocimiento y manejo de su enfermedad.

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