28 de enero de 2019. ¿Puede un médico recién graduado atender en un punto de guardia un accidente de tráfico? ¿Está capacitado para tratar un paciente con un edema agudo de pulmón, una crisis asmática grave o un ictus de reciente comienzo? ¿Tiene habilidades para enfrentarse a un paciente psiquiátrico descompensado? ¿Sabe nuestra administración qué cosas son las que hace, o tiene que saber hacer un médico de familia en un punto de atención continuada?

Ante la gravísima situación que está planteando la Administración de Castilla y León, abriendo la puerta a la posibilidad de contratar médicos sin la adecuada formación, la Sociedad Castellana y Leonesa de Medicina de Familia y Comunitaria no puede permanecer impasible.

Entre nuestros objetivos como Sociedad Científica está velar por la calidad de la atención primaria, y la defensa de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria y este hecho pone en peligro ambas.

Con respecto a dicha contratación queremos expresar nuestra postura:

1-         En primer lugar es ilegal contratar médicos en el sistema público de salud sin la especialidad MIR; el Real Decreto 931/1995, que a su vez es una exigencia de la Directiva Europea 86/457, así lo establece. 

2-         Hay suficientes evidencias de la mejora de la salud de la población en los países que tienen una Atención Primaria fuerte y esto pasa por una formación adecuada de los médicos de Familia. La contratación de profesionales sin el reconocimiento de esa capacitación pone en riesgo la atención.

3-         Trasmite una idea peligrosa y falsa, y es que no es necesaria la formación para ejercer como médico de familia, al menos según en qué sitios. La contratación de personas que no cuentan con un título homologado genera un perjuicio para la atención que reciben los pacientes  y un deterioro de la confianza en el sistema.

Como Sociedad comprometida con el desarrollo de la Medicina Familiar y Comunitaria, recordamos que el sistema garantista que suponen el sistema MIR es un compromiso hacia la calidad asistencial, y prescindir de él pondría en riesgo al individuo y no podemos consentir que esto suceda. Con otras especialidades nunca se plantearía esta posibilidad.

La administración se aferra a un resquicio legal que permite en situaciones excepcionales, la contratación de médicos sin formación especializada, y ésta no es una situación excepcional:

  • En primer lugar porque no ha ocurrido ningún imprevisto, ya que reiteradamente y desde hace más de 15 años se ha advertido a la Junta de que la política de recursos humanos estaba abocada a esta falta de profesionales. Era previsible, prevenible y además va a ir en aumento.  No podemos contar las numerosas ocasiones en las que hemos trasmitido a la Consejería en reuniones y escritos, que los médicos que formamos en esta Comunidad se han ido a otras comunidades, otros países y otras especialidades.
  • Y en segundo lugar, porque la idea de que “no hay médicos” que se repite “como un mantra” para justificar estos contratos, es falsa. Nunca ha habido más médicos que en los últimos años, ni más especialistas, ni más solicitudes de certificados de idoneidad para trabajar en el extranjero.No es que no haya médicos, es que no hay contratos y condiciones laborales dignos y falta una adecuada organización del sistema. Por ello instamos a Sacyl a ponerse a trabajar en esas dos líneas de actuación para conseguir que profesionales bien formados que han emigrado de nuestra comunidad vuelvan

La situación actual no se soluciona con parches como alargar la edad de jubilación o contratar médicos sin la titulación necesaria, se necesita un política de recursos humanos coherente, eficaz y comprometida con  una Atención Primaria fuerte, lo que supone apostar por el modelo y dotarla de recursos adecuados para el desarrollo de su función, equilibrando el peso económico de la atención en el medio hospitalario.

Por otra parte es manifiesto el malestar de los profesionales, y especialmente de los tutores, que desde hace décadas realizan una labor altruista sin apenas reconocimiento, para formar especialistas, viendo cómo éstos abandonan la especialidad o la comunidad ante la falta de contratos dignos.

La eliminación de la necesidad de esta formación y esta titulación para ejercer en Castilla y León, es el mayor desprecio a esta especialidad y al trabajo de los tutores.

Por tanto, entendemos que si esta situación se consolida, es el momento de plantarse, Unidades Docentes y tutores y dejar de colaborar en la formación, así como pedir a los residentes que se movilicen para evitar este despropósito que tanto les perjudica en su futuro profesional.

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