Luisa es una residente de segundo año, que mientras realiza la rotación por atención primaria comienza a elaborar el registro de sus pacientes enfermos: «de los crónicos».

Durante la revisión del mismo, observa que tiene un paciente de 42 años, Carlos, que pertenece al cupo desde hace 10 años, y que figura haber tenido un infarto agudo de miocardio dos años atrás, pero no recuerda conocerlo. Además observa en la historia múltiples anotaciones de abuso de alcohol.

Luisa se preocupa especialmente por este paciente, dadas sus circunstancias, su edad y el hecho de que no acude a controles periódicos. Lo cometa con su tutor y éste le informa que es el hijo de Don Juan, un paciente conocido del cupo, que enviudó hace 6 meses. Le cuenta que lo que sabe de Carlos es a través de su padre y que comparte su preocupación dado que desde que se murió la madre consumía más alcohol y se había quedado en paro.

A la vista de la información recabada, Luisa decide tomar la iniciativa y llamar a Carlos para citarlo, conocerlo, captarlo y saber cuáles eran los motivos por los que no solía acudir a consulta. Lo llamó en varias ocasiones pero aunque inicialmente accedía, al final nunca se presentaba en la consulta… Una de las veces, incluso notó que balbuceaba al teléfono y sospechó que estaba ebrio.

Un día, al llegar al centro, su tutor le comenta que Carlos había fallecido, probablemente por un nuevo infarto. Luisa se quedó angustiada tras la noticia y no hacia más que plantearle a su tutor preguntas y preguntas: «¿Podríamos haber hecho algo más?, ¿no deberíamos haber obligado, de alguna manera, a Carlos a acudir a consulta?, ¿deberíamos de haber buscado la complicidad o la ayuda de su padre? …» yo lo veía venir y al final no hemos hecho nada para ayudarle.

El tutor le dice a Luisa que el médico no es omnipotente y que a pesar de nuestro interés y nuestra dedicación, los pacientes, la mayor parte de ellos, son dueños de sus actos y de algún modo Carlos optó por este camino …

Analiza la situación y documenta los argumentos. Utiliza para ello tanto las perspectivas ética y legal como la de los valores de la profesión.

¿Son siempre los pacientes libres y autónomos en su toma de decisiones? ¿Se hizo lo razonablemente posible para ayudar a Carlos? ¿Fue su muerte una muerte razonablemente inevitable?; ¿Dónde están los límites de la medicina y de la relación de ayuda? Desde una perspectiva profesional, técnica (de la medicina de familia), explora si otro curso de acción, es decir, otra forma de conducir el caso o de gestionar el cupo le hubieran dado a Carlos más oportunidades. Delibera en qué medida han entrado en colisión los principios de autonomía del paciente y la voluntad e interés del médico por velar por el bien de su paciente.

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